Regionalizar la globalidad de las comunidades energéticas como pilares de la transición energética en América Latina

Revista Estudios Avanzados 36, julio 2022: 140-142. DOI 10.35588/estudav.v0i36.5632 ISSN 0718-5014

 

Reseña

 

Baigorrotegui, G. y Parker, C. (ed.).(2018). ¿Conectar o desconectar? Comunidades energéticas y transiciones hacia la sustentabilidad. Santiago de Chile, Estudios Avanzados IDEA, Universidad de Santiago de Chile.

 

Regionalizar la globalidad de las comunidades energéticas como pilares de la transición energética en América Latina

 

Ana María Ramírez-Tovar[1]

 

Comunidades y transición energéticas son apuestas de desarrollo innovadoras en el marco de la sostenibilidad; cuentan con numerosas experiencias a nivel global, pero en el Cono Sur, son aún incipientes las certezas que le atañen. El libro que presentamos las analiza bajo una mirada latinoamericana, con nuestros contextos, realidades, desafíos y experiencias. Los autores Gloria Baigorrotegui, Mauricio Eduardo Campos Morales, Paloma Gajardo Bustamante, Eduardo Mondaca Mansilla, Víctor Naín Leal, Ingeborg Mahla, Michael Ornetzeder, Juan Carlos Osorio Aravena, Cristian Parker Gumucio, Yonjoo Jeong, Hugo Romero Toledo, Constanza Romero, Jorgenila Sannazzaro, Pía Santibañez, Patricio Segura, Neil Simcock y Gordon Walker, en ¿Conectar o desconectar? Comunidades energéticas y transiciones hacia la sustentabilidad, despliegan el desafío civilizatorio hacia lo sostenible, la renovación de demandas democráticas descentralizadas en América Latina en torno a la energía, su fuerte relación con su territorio y sus conflictos.

Las autoras y autores advierten cómo conflictos y desafíos llegan a tornarse efímeros si verdaderamente se logra una participación comunitaria que brinda confianza, autonomía y poder, poder en un aprendizaje e intercambio de conocimientos. El libro es producto de un gran trabajo social, humano, activo, real e intercultural. Un trabajo que no se desarrolla desde una posición privilegiada de la academia, sino que ahonda las dinámicas del territorio y presenta que entre más se desvincula el mundo natural del cultural, más se agudizan los conflictos.

¿Conectar o desconectar? Comunidades energéticas y transiciones hacia la sustentabilidad se divide en dos secciones, cada una con diversos capítulos. En la primera sección vemos los movimientos y significados de las comunidades energéticas, la relación entre la ciudadanía y las comunidades, a lo que posteriormente presenta un marco epistemológico de los conflictos socioterritoriales y concluye la sección con modos de pensar la autonomía energética.

Al recorrer sus capítulos, se presentan experiencias sociales como formas de transición hacia sistemas socioeconómicos sustentables a pequeña escala. Y aquí la distinción en la escala cobra especial relevancia al implicar una participación íntima y realmente significativa de la comunidad. Es especialmente fascinante descubrir cómo el espíritu comunitario preexistente y el capital social en su forma de gobierno juegan un rol determinante en la continuidad de un proyecto energético comunitario, más que cuestionar el supuesto de que lo comunitario en su holístico significado existe bajo preceptos de una delimitación geográfica, es decir, desmitifica la noción de lo colectivo al enfrentarlo a escenarios reales, especialmente en la ruralidad.

Los autores y autoras explican cómo las comunidades energéticas son tan dinámicas y variables, que permiten formas de administración específicas admitiendo la incorporación de elementos autóctonos. Norten Energy en Inglaterra es un ejemplo de cómo estas pueden funcionar sin representar dividendos monetarios a sus asociados: “nunca se entrega dinero a los socios”, y las ganancias se reinvierten en un área específica. Para esta comunidad ello resulta especialmente relevante dado su pasado minero, cuyo detrimento ambiental es evidente y el lograr resarcirlo genera un fuerte empoderamiento de su territorio al tener el poder junto con otros resolver los problemas por su propia cuenta. No es una forma de generar y administrar energía, es una forma de justicia y de ética colectiva.

El segundo caso, localizado en Corea del Sur, muestra motivaciones bajo el marco de la resistencia al poder político-industrial de injusticias, movimientos antinucleares y centralizados. Se presenta la estructura jerárquica de las políticas energéticas como una “cultura militar” mientras las energías renovables ofertan una opción democrática. En este caso es extraordinario revisar cómo las energías renovables representan una alternativa energética cuya viabilidad económica no es tan robusta como las fuentes tradicionales pero que su sentido de responsabilidad territorial las hace valiosas; más que como una fuente de energía, representan un mayor propósito y significado. Son un paso para una “transición de civilización” de regímenes militares y sistemas centralizados a una sociedad más responsable y sustentable.

Esta primera sección de ¿Conectar o desconectar? resalta de qué manera lo colectivo nos involucra a todos y no requiere de formación académica de alto nivel, sino la experiencia. Las autoras y autores nos presentan cómo las comunidades energéticas son una oportunidad para un cambio de paradigma entre el Estado y los ciudadanos: es construir el tipo de desarrollo que sus habitantes aspiran para el territorio, una resistencia u oposición a los modelos tradicionales de desarrollo y gobernanza territorial que se presentan antagónicos en esa visión a la preservación de los recursos naturales, como en el caso de Patagonia, expuesto a profundidad.

Ante ello, se nos presenta que el cambio ambiental no puede ser concebido sin un cambio social, donde, al mismo tiempo, el conflicto ambiental es un choque entre racionalidades y posiciones sociales. Exhibe cómo los patrones históricos de explotación y despojo de la época colonial permiten el control socioterritorial mientras las formas alternativas de gobernanza y planificación se vuelven resistencias al Estado, ejemplificado con el caso mapuche en Chile, en donde los derechos colectivos sobre el medioambiente reivindican el conflicto ambiental en torno a las centrales hidroeléctricas, donde se presenta una asimetría de poder y la escasa interculturalidad que las políticas tradicionales sobre energía y territorio proponen.

Dichos conflictos ambientales con profundas raíces de concepción social son denunciados por los autores por la postergación de derechos prioritarios, que en el 2016 desencadenaron un levantamiento social en Chiloé, Chile, cuyo resultado fue la búsqueda de una autonomía energética en el territorio insular. La lectura nos lleva a entender que la energía como tema sociotécnico se enmarca en la dependencia de las relaciones de poder en relación con las formas de energía dominantes, que conllevaron a sistemas eléctricos lucrativos para figuras foráneas, mientras el servicio sufría constantes fallas.

Esta realidad incrementa la percepción negativa de desconfianza a agentes externos que buscan la promoción de energía renovable ante políticas centralistas, sin pertinencia cultural ni territorial. Tal situación desencadenó el interés comunitario por la autogeneración, en tanto la comunidad resalta como elementos clave de la planificación de sistemas energéticos la educación para la operación y mantenimiento. Son hechos que demuestran la visión a mediano y largo plazo de un sistema, no solo la inmediatez del servicio, sino la necesidad de mantenerlo y cuidarlo.

En la segunda parte del libro se nos muestran innovaciones recomendaciones y emprendimientos en torno a las comunidades energéticas y la transición a ellas. Empieza este recorrido con el fenómeno “Hágalo usted mismo”. Seguramente esta frase ya hace parte de nuestra cotidianidad, especialmente en aquellos aspectos que se relacionan a la sostenibilidad. Sin embargo, en este capítulo los autores y autoras presentan una visión energética de la propuesta; el fenómeno social del movimiento de autoconstrucción y una exitosa estrategia de difusión, que llevó la tecnología de los calentadores solares a una expansión sin precedentes en Austria gracias a un eficiente trabajo de apropiación tecnológica, al punto incluso de generar recomendaciones y mejoras a la tecnología de forma industrializada.

Así, el libro demuestra cómo cada comunidad tiene su propio sistema de gestión al mismo tiempo que se proponen soluciones para pequeñas comunidades en un marco tecnológico. Otra innovación relacionada son las microrredes que tienen como ventaja el incremento de la eficiencia energética, calidad y confiabilidad, reducción del consumo, menor impacto ambiental y beneficios operaciones para la red principal. Estas resultan ser la validación técnica de aquel refrán que dice que “una vez cargas tu propia agua, aprendes el valor que tiene cada gota”.

Las microrredes, así como otras innovaciones de corte tecnológico, se presentan a manera de recomendación significativa frente a los desafíos que enfrenta América Latina en torno a la transición energética, donde además de la complejidad técnica de conectar o desconectar nuevos sistemas energéticos, la región enfrenta desafíos fusionados a los conflictos socioambientales, crecimiento de la demanda, déficit de infraestructura y políticas energéticas, incremento de emisiones de gases de efecto invernadero, contaminación urbana y pobreza.

De frente a este escenario, las autoras y autores develan que no es una transición apta para desarrollarse up-down, o como lo podríamos ver desde aquí, no es una transición que pueda ser impuesta por una política centralizada, sino que se ve inmersa en reconocer que hay multiplicidad y diversidad de actores, así como multidimensionalidad de la gobernanza ambiental. Tal apertura en la agenda política energética demanda también que el lenguaje sea asertivo, para desintegrar la inhibición de las comunidades locales por la barrera “tecnologizada” del lenguaje tecnócrata. De tal forma, no solo es reconocer la existencia de otros actores, sino abonar su participación en la transición energética.

Conectar o desconectar es un libro que se posiciona como una importante fuente de análisis en torno a las comunidades y transiciones energéticas como respuestas a formas de previas de desarrollo energético y que representan mucho más que una tecnología. Son un modelo alternativo y sustentable, una forma productiva de resistencia a la asimetría de poder y una herramienta de inclusión social que integra visiones interculturales e ideologías de justicia social para cambios progresivos en donde “lo local es mejor”.

Es también un encuentro reflexivo en donde se concluye que, ante la sostenibilidad, la separación entre innovación y difusión no es productiva. Tal precepto implica un cambio del paradigma productivo, el método de la industrialización es opuesto a esta forma abierta y libre de transmisión de conocimiento, e invita al ciudadano a reconocer su rol ineludible frente a la transición energética.

 

 

 

            Recibido: 07/06/2021              

Aceptado: 02/07/2022

  Publicado: 02/07/2022

 

 



[1] Universidad Autónoma de Occidente, Cali, Colombia, ORCID 0000-0001-8695-702X, rtovar.am@gmail.com