Reseña En las entrañas del mar de Kanguimbu Ananaz.
Revista
Estudios Avanzados 38,
junio 2023: 129-131. DOI
ISSN 0718-5014
Reseña
Reseña En las entrañas del mar de Kanguimbu
Ananaz.
Ananaz, Kanguimbu (2022). En las entrañas del mar. Valparaíso, Puntángeles.
Traducción: Larissa Gonçalves Menegassi e Ignacio Rivera Pallante
Introducción: Juliana Santos Menezes y Daiana Nascimento dos Santos
Prefacio: Geferson Santana
Posfacio: “En el balanceo del océano / Mar de la escritura” por Édimo de Almeida Pereira.
En las entrañas del mar de la angoleña Kanguimbu Ananaz (seudónimo de María Manuela Cristina Ananaz) (1959) es una colección de poemas publicado en dos idiomas: portugués,
la lengua original del poemario, y el castellano, la lengua de llegada. El
hecho de que el poemario apararezca en dos idiomas anuncia uno de los hilos
conductores presentes en sus versos: la interacción cultural. La introducción y
el prefacio que anteceden el poemario sirven para contextualizar y allanar el
camino al mejor entendimiento y percepción de la obra; y para finalizar, el posfacio actúa como colofón y
confirmación de lo planteado en la introducción.
El leitmotiv del mar es uno de los temas persistentes en la
literatura del exilio en general, especialmente en la letras española e hispanoamericana
que tuvo que pasar la frontera sea por la emigración de su autor o por la
conquista de su tierra. Nada más leer el poemario de Ananaz me hace evocar a la
gran poeta gallega Rosalía de Castro. El mar como materia poética ha sido
abordado desde varias perspectivas, y la femenina, entre otras, es la que
concierne a este caso.
La palabra “mar” que se asoma desde el título evoca unión de contrarios o
binomios como terapia/miedo, vida/muerte, inquietud/esperanza, esclavitud/libertad,
escapada/salvación, emigración/patria, colonización/ mestizaje.
Como bien lo han sintetizado las autoras de la introducción, En las
entrañas del mar se enlazan y entretejen tres elementos fundamentales: el
hecho de sentir profunda admiración hacia la tradición ancestral que está
estrechamente vinculada con el segundo elemento: la voz popular vista como
fuente de la poesía africana. Y el tercer elemento: la concepción femenina del
arte poético. Personalmente añadiría a lo susodicho el valor de la tierra de
acogida, Brasil, en el caso de Ananaz. Versos como la “Negra marisquera”, “entre la pesca y el pato de agua / la voz que viene de la tumba” o “Se llama sangre de los afrodescendientes tumbados en un valle de lágrimas”,
indican el pasado doloroso de la colonización. Mas la tradición ancestral es un
motivo de orgullo también, ya que es “Espíritu de sabiduría ancestral”, “Desvendé
el brillo en las entrañas de la piel negra”. Esta
tradición ancestral —componente
persistente en muchos autores descendientes del contente africano— tiene su esencia en la voz popular, origen de la literatura
africana. Así pues, “es poesía en la boca del pueblo” que fue transmitida por
marítima y “será siempre la poesía en la boca del pueblo / a amanecernos de
versos transculturales”, dando lugar a “Cantar
el sabor de la cultura”.
En los versos aparece la idea de que el arte poético como arte
propiamente femenino otorga al mar cualidades femeninas, como el don de dar
vida: “en el útero del mar hombres desfilando”, “Oceánica ola matriarcal”, “la ola de raíz matriarcal”. El concepto que la poesía emana de lo
femenino y la idea de que la inspiración
es femenina conduce a la repetición del verso: “el pudor de mujeres y niñas
despiertan poesía en el mar”. También incita a alzar el lema de la “Personificación de nuestra matria” que
juega con el lema de “nuestra matria y no nuestra patria”.
En gran parte del
poemario no cabe lugar a un punto, como si fuera un monólogo de flujo de
conciencia. Por otra parte, se asoma una voz en segunda persona de una forma
interrumpida, como hilo de conexión de la obra en aras de mantener al
destinatario atento, partícipe en los sentimientos de la poeta: “Oh Borde Mar /
Relaja ay embriágate. Borde mar / mi alma y la tuya / habita en el atlántico”;
o cuando dice: “patrona del patrón / ocho de diciembre / veneramos grandemente /
tu día”.
Ananaz emplea voces
africanas (mukeka) y francesas (nagê) como muestra del mestizaje
y la interacción entre culturas.
Las metáforas
utilizadas por Ananaz son audaces, vivas y saturadas de colores, sonidos, luz y
movimiento: “El mar adormece en la sombra de la / madrugada / de mañana se
emborracha de los insultos de los hombres / manos pescando misterios en el /corazón del atlántico”. Es interesante también detenernos
en estos versos: “Sobre hojas sagradas / Escurridizas / Raíces a mezcla / Algas
verdosas / Aratus”.
Dentro de la
preocupación por el medioambiente y como la propia Ananaz llama “Pensamiento
ecológico”, caben los versos que resaltan la importancia universal del
continente americano:
Poblado
heredado de indígenas
amazona fuerte seguro
pulmón de hablas
interiores de oxígeno
pensamiento ecológico
lluvia renueva vidas
plantas vibran el reino vegetal
en terrenos arables
Alimentaos oxígeno
Escala aroma en las
ciudades
Pura gente que
encanta.
La metáfora de “Brasil mi arco iris” simboliza la idea de la diversidad
hegemónica y al mismo tiempo es símbolo de unión de colores que da paso a una
identidad plural de un valor estético enorme por la belleza de sus colores.
Brasil es arco iris y riqueza culinaria a la vez. El Diccionario de los símbolos de Jean Chevalier y Alain Gheerbrant señala que “el arco iris es el
puente entre el cielo y la tierra"”. También el arco iris es siempre
expresión de unión, relación e intercambio entre tierra y cielo. Así pues se
considera un signo de renovación y reconciliación.
La poesía de la
angoleña Kanguimbu Ananaz, por la coyuntura histórica que la ha tocado y por su
formación académica, es un buen ejemplo del mestizaje y de enorgullecimiento de
la identidad africana. El mar, para la autora, se presenta como un espacio de unión
de culturas e hibridación. Es una poesía escrita desde la madurez intelectual y
consciente, propia de un ser que ha superado el trauma de la colonización y la
enajenación, y ha llegado a valorar lo que posee y lo que recibe. Al final,
claramente, triunfan los valores de la reciprocidad, la tolerancia y la
reconciliación:
Océano
Juez de la
geografía
Africana
Sol el continente
،No sé!
Todo se evaporó
Fortificó el alma
De nuestra gente
Hayam Abdou
Universidad de Helwan
El Cairo, Egipto
ORCID 0000-0002-1413-1365
hayam.abdou@arts.helwan.edu.eg