Res non verba: evaluación de las reformas económicas en los regímenes autoritarios en Corea del Sur y Chile, 1961-1989
Revista
Estudios Avanzados 37,
diciembre 2022: 44-59. DOI
ISSN 0718-5014
Res non verba: evaluación de las reformas económicas
en los regímenes autoritarios en Corea del Sur y Chile, 1961-1989*
Res
non verba: Economic Reform’s Evaluation in Authoritarian
Regimes in South Korea and Chile, 1961-1989
César
Ross y Francisco Quiero Aguirre[1]
Resumen
En las últimas décadas, los modelos económicos neoliberales de Corea del
Sur y Chile han sido celebrados como casos de éxito. Sin embargo, a ambos
países se les critica la existencia de gobiernos militares previos al
crecimiento antes aludido. Proponemos como hipótesis de trabajo que los
procesos de reforma y diseño de las nuevas reglas del juego en ambos regímenes
es la explicación del éxito económico observado. En concreto, las reformas se
orientan a seguir las sendas de dependencia de cada país: mientras que con Park
se implementa una Industrialización Orientada a las Exportaciones (IOE) tomando
como base la planificación quinquenal, Pinochet retorna al modelo primario exportador
combinando un monetarismo de economía cerrada (1973-1981) para luego dar paso a
una desindustrialización de economía abierta (1982-1989). Al ser ambas
estrategias y sendas de dependencia diferentes, los resultados difieren
respecto a cuándo ocurre y a la estabilidad del crecimiento económico: en el
caso de Park fue durante su gobierno; en el caso de Pinochet, luego
a su salida del poder.
Palabras clave: Corea del Sur, Chile, crecimiento
económico, industrialización, economía abierta.
Abstract
In last
decades, neoliberal models of South Korea and Chile have been celebrated as
exemplifier models of economic success. Nonetheless, both countries were
criticized due the existence of military governments before their economic
growth.
We argue
as hypothesis the reforms and design of new economic benchmarking process in
both regimes explains the observed economic success. Concretely, both reforms
follow their respectively Path Dependence: meanwhile Park implements an Export
Oriented Industrialization (EOI) using Five Years Plans as a base, Pinochet
returns to a Primary Exports Model (PEM) combining a closed economy monetarism
(1973-1981) to pass just after to an open economy deindustrialization
(1982-1989). Due both strategies and path dependencies are different, results
will differ concerning WHEN economic growth occurs: with Park, will occur
during his government; in the case of Pinochet, after his scavenging.
Keywords: South Korea, Chile, economic
growth, industrialization, open economy.
Introducción
Los modelos económicos neoliberales de Chile y Corea del Sur
han sido celebrados como casos de éxito en las últimas décadas, aunque a ambos
países se les critica la existencia de gobiernos constituidos por dictaduras
militares previos al crecimiento antes aludido. Ello podría llevar a la errónea
idea de que el desarrollo requiere de este tipo de régimen, y no poner atención
a otros factores clave que hacen de ambas experiencias de autoritarismo
político y liberalismo económico, casos interesantes de estudio.
Hemos
elegido a Corea del Sur y Chile porque en un contexto de Guerra Fría Global
tuvieron una asombrosa proximidad sistémica y porque alcanzaron, aunque con
diferencias importantes, buenos resultados, si les comparamos con los regímenes
similares de sus propios continentes. El examen de lo propio y lo común nos
permite tomar distancia y buscar explicaciones más complejas y robustas. Con
todo, este trabajo busca abrir y no concluir una discusión acerca de las cuestiones
de fondo.
El
debate respecto al crecimiento económico contemporáneo se centra, en nuestros
días, a la relación entre este último y las instituciones. Al respecto, el
conocido estudio de Przeworski y Limongi
(1994) vincula el crecimiento económico con las formas de gobierno. Por medio
de análisis de correlación, los autores lograron identificar que los países con
regímenes de tipo democrático poseían mayor PIB per cápita. De su análisis se
desprendía que las condiciones institucionales importaban y que afectaban el
crecimiento de los países.
La
premisa más aceptada sobre la relación instituciones-crecimiento la daría Douglass C. North (1990), quien propone que las reglas del
juego (benchmarking) y su capacidad
de ser cumplidas (enforcement)
son las que, combinadas, garantizan el crecimiento económico. Las personas son
racionales y responden a incentivos. Así, reglas del juego poco claras y costos
de transacción pobremente delimitados hacen que las personas no cooperen entre
sí, afectando desde las formas de gobierno hasta los procesos productivos. Esta
importante premisa, heredera de las corrientes contracontractualistas,
tendría sentido por su efecto en la estructura de pagos de las organizaciones
formales, pero sobre todo por su efecto en las organizaciones informales que,
según North, son la base de las instituciones modernas.[2]
No
obstante, ni el cumplimiento de etapas previas ni el régimen de gobierno
terminaron siendo variables de peso que explicasen las diferencias de
crecimiento económico entre un país u otro. Como bien fue retratado por Levitsky y Way (2002), no más de
un tercio de los gobiernos a nivel global pueden ser clasificados como
democracias, siendo aquellos “regímenes híbridos” o “zonas grises” donde el
crecimiento del producto era más acelerado. Finalmente, será Acemoglu (2009) quien lapidará la premisa
crecimiento-democracia, ya que la relación entre los índices de democracia y de
crecimiento económico no podía ser clasificada como elástica.
Si bien
la relación entre régimen de gobierno y crecimiento terminó siendo espuria, no
podemos negar la influencia que poseen las instituciones sobre el desempeño
económico. La relación entre instituciones y crecimiento económico intenta
resolver el problema central de la macroeconomía del siglo XXI: las diferencias
de crecimiento entre países (Romer, 2012). Para
nuestro problema, el de la comparación de casos diferentes en distintas series
de tiempo, pero basados en un mismo problema teórico (diferencias de
crecimiento entre países), proponemos que el éxito en materia de crecimiento
económico (variación del producto) puede explicarse como una consecuencia de la
forma en que los países diseñan las reglas del juego (benchmarking) en
que la producción tomará lugar, concretamente, siguiendo sus sendas de
dependencia históricas. Dichas sendas pueden llevar al camino de la
industrialización (como en el caso surcoreano) como a la desindustrialización
combinada con un retorno al modelo primario exportador (como el caso chileno).
Dos
casos definidos como exitosos en materia de crecimiento económico, Corea del
Sur y Chile, comparten en haber iniciado procesos de reformas económicas bajo
contextos no democráticos y en plena Guerra Fría (formando parte de la
“política de contención” estadounidense en el avance del comunismo). Ambos procesos de
reformas fueron liderados por un grupo de expertos (tecnócratas) aislados del
poder político y militar, a lo que, si sumamos el origen dictatorial de ambos
regímenes, el resultado fue el realizar las reformas económicas sin contrapesos
de los que preocuparse. Finalmente, las nuevas reglas del juego siguen sendas
de dependencia particulares, lo que crea una divergencia entre ambas. En el
caso coreano, mediante la Industrialización Orientada hacia las Exportaciones
(IOE) y en el caso chileno, mediante un modelo monetarista ortodoxo de fase
cerrada (1973-1981) y luego de fase abierta (1982-1989) que se resumen en un
retorno al modelo primario exportador. Este proceso lo denominamos como
regresión primaria exportadora: el retorno de Chile a su patrón histórico de
producción basado en exportación de materias primas (Bernal-Meza, 2016; Ross,
2021).
Este no
es un artículo de economía aplicada, sino un artículo que se sirve de la
economía para mostrar cómo dos países muy distintos comparten
procesos similares de reforma económica en contextos autoritarios, para luego
divergir respecto a sus propios objetivos de política económica. Por ello, nos
centraremos en los antecedentes de cada caso y sus reformas, y no en el uso de
modelos para explicar las diferencias de crecimiento económico.
El
estudio se dividirá en dos partes. En la primera analizaremos el caso
surcoreano y sus principales características: industrialización, sustitución de
importaciones y fomento progresivo de exportaciones de alto valor. En la
segunda sección analizaremos el caso chileno y sus principales elementos:
desindustrialización, y retorno al modelo primario exportador con fomento de
exportaciones no tradicionales sin éxito y apertura indiscriminada hacia los mercados internacionales. Al igual que
los chaebols surcoreanos, el proyecto
económico del régimen de Pinochet recaerá en el desarrollo de grandes empresas
y grupos económicos que crearán empresas multinacionales, varias de las cuales
serán conocidas posteriormente como multilatinas, aunque sin la existencia de
una planificación robusta desde el Estado y férreamente controlada por
el gobierno, como sí ocurrió en el caso de Corea del Sur.
En una
versión sucinta podemos plantear que estrategias distintas generan resultados
distintos. El modelo de IOE permitió a Corea del Sur resistir de buena forma la
apertura al exterior, además de realizarse esta última de forma gradual. En el
caso chileno, se terminó haciendo de la apertura unilateral e inmediata el
principal problema para ver los frutos de las reformas durante el régimen de
Pinochet. Ambos gobiernos deben ser analizados en base a las propuestas que
estos mismos hacían y las metas que los mismos proponían cumplir. Si en el caso
surcoreano vemos en la IOE la principal forma de hacer de Corea del Sur un país
que crece, en el caso de Chile no podemos decir lo mismo de la
desindustrialización forzada y la apertura unilateral, ya que durante este
periodo el PIB nominal creció poco, se retrocedió en desarrollo tecnológico,
empleo e inversión, y creció la pobreza y la desigualdad.
1. El
caso de Corea del Sur: industrialización orientada a exportaciones
Basados en la bibliografía y fuentes primarias de este
trabajo, señalamos que el proceso de reforma en Corea del Sur inicia con el
golpe de Estado organizado por Park Chung-Hee en
1961. El equipo económico de Park se orientó a reorganizar la economía para el
desarrollo de una industria nacional, que transitó en menos de 20 años desde
una economía basada en materias primas hacia una economía exportadora de bienes
de capital. La senda de dependencia se hizo manifiesta con el plan de
Industrialización Orientada a las Exportaciones (IOE), que tuvo al Estado y a
las grandes empresas como principales actores del crecimiento económico. Dicha
senda de desarrollo ocurre ante la denominada “tragedia de los recursos
naturales”, en que países ricos en recursos no desarrollan sus fuerzas
productivas de la misma forma que aquellos con escasez de recursos. Al ser una
estrategia desarrollista e industrializadora que combinase elementos de
sustitución de importaciones con exportaciones de bienes de alto valor
agregado, los resultados se reflejarán durante el régimen de Park,
cumpliendo lo que el gobierno se propuso: alto crecimiento del producto, alta inversión,
consumo moderado, alto desarrollo tecnológico y una balanza comercial
equilibrada.
1.1.
Antecedentes del caso coreano
Como señala Noland (2011), Corea
fue anexada por Japón en 1910 y su futura independencia fue pactada en las
conferencias de El Cairo de 1943 y de Postdam de
1945.
En la
post Guerra la reconstrucción de Japón se volvió un factor estratégico cuando
se desató la Guerra de Corea en 1953, por lo que la prioridad de Estados Unidos
fue invertir para levantar su economía y evitar la expansión del comunismo en
el Sudeste asiático (Heng Siam-Heng,
2010). La Guerra de Corea, si bien tuvo como detonante la consolidación de la
Guerra Fría (GF), fue más una manifestación de un conflicto que provenía desde
la ocupación japonesa. La aparición de nuevos liderazgos en el norte y en el
sur de Corea marca el destino de ambas regiones. En el primer caso, el líder
comunista Kim Il-Sung abogaba por sumar a Corea a la lucha internacional contra
el capitalismo, unido a China. En el segundo, el líder del sur Rhee Syngman buscaba una alianza
con Japón y Estados Unidos para sacar a su región del subdesarrollo. Dividida
la península en el año 1948 en torno al paralelo 38, las condiciones para el
conflicto ya estaban estructuradas. Con la división consolidada, el destino de
ambas sería bastante distinto, a pesar de que en 1948 los niveles de ingreso
per cápita más alto y de formación de capital humano más calificado estaban en
el norte y que el sur era una región mayormente agrícola. Debe hacerse patente
además que la infraestructura heredada de Japón durante la ocupación fue casi
totalmente destruida luego de la guerra. El nivel de los salarios reales era
bajo y la tasa de ahorro, mínima.
La senda
de dependencia seguida por Corea del Sur estuvo determinada, en un inicio, por
la herencia de la ocupación japonesa (1910-1945), donde elementos de la cultura
japonesa en materia militar, empresarial, institucional y productiva se
traspasaron hacia la península de Corea (Romero Castilla, 1995). Esta base
determina la senda de dependencia a seguir: crecimiento económico basado en industrialización
orientada a las exportaciones.
1.2.
Reformas económicas bajo Park Chung-Hee
La economía coreana se basó en los “3 bajos”: bajo
precio del grano, baja tasa de intercambio y baja tasa de
interés. Cuando Park llegó al poder en 1961, creó las condiciones que
permitieron el desarrollo de los 3 bajos. Dentro del plan de Park los chaebols ocuparían un lugar fundamental para
desarrollar la economía. Este gobierno autoritario realizó una política
redistributiva de los ingresos y de una amplia participación del sector
industrial en la economía. Entre 1954-86 la participación de la industria en el
PIB pasó de un 12,2% a un 30,2% y el sector agrícola vio mermada su
participación de un 44,6% a un 13,5% (Kim, 1991). La tasa de ahorro pasó de una
tasa negativa (-3,8%) a un 23,1% en 1973 (Frank et al., 1975).
El chaebol, forma de organización tradicional coreana,
se conformó como una herencia del keiretsu
japonés.[3]
En el caso de los chaebols coreanos, estos
permitieron el uso de toda la fuerza de trabajo subutilizada como consecuencia
de la ocupación japonesa y de la posterior guerra entre las dos Coreas. Su
emergencia y crecimiento se explican como consecuencia de políticas estatales,
que por medio de créditos blandos lograron el desarrollo multisectorial de los chaebols.[4]
Gracias a su tamaño, integración vertical y diversificación, se permitió una
correcta capacidad imitativa para grandes proyectos de inversión en actividades
productivas. Los chaebols partieron primero
imitando y luego innovando, ya que por medio de la imitación lograron asimilar
la tecnología foránea necesaria para luego desarrollar la producción local. Los
chaebols entregaban libertad a sus
trabajadores tanto para hacer carrera como para cambiarse de empresa, cuestión
que dista del keiretsu japonés en que
las personas hacían una carrera de por vida en una sola empresa. El chaebol tenía organismos de financiamiento propios
de tipo no bancarios, y contaba con la ayuda del gobierno y de los bancos para
cuando requerían financiamiento (que era en la mayoría de los casos). Todas las
decisiones pasan por el Gerente General, quien usualmente es el jefe de familia
del clan. Las condiciones monopólicas u oligopólicas se reflejan en la
disminución del número de Pymes y su impacto en el producto y en el trabajo.
Las PYME no recibían financiamiento preferencial, y su única forma de sobrevivir
era siendo parte del encadenamiento productivo de los chaebols,
funcionando como subcontratistas o proveedores de insumos. Los chaebols actuaban en función de las metas asignadas
por el gobierno, pero eran libres de decidir cómo lograrlas. Ejemplos de dos grandes
empresas que originalmente eran chaebols son
LG y Samsung.
Se ha
celebrado que el éxito de los países asiáticos se debió a la creación de cierta
capacidad estatal y del éxito relativo a mantener al Estado aislado de
intereses particulares.[5]
Para Rodrick (en García-Blanch, 2001) las cinco
instituciones que garantizan el crecimiento son los derechos de propiedad, las
instituciones regulatorias, las instituciones para la estabilidad
macroeconómica, las instituciones para la seguridad social y las instituciones
para la resolución de conflictos. Junto a la calidad de la burocracia y el
control de la corrupción, el desempeño institucional sería una condición
suficiente del desarrollo coreano. El legado del gobierno de Rhee Syngman, primer presidente
electo de Corea del Sur fue la creación de un Código Civil (1953), Penal (1954)
y de Derechos de Propiedad (1957) tempranamente, una vez terminada la guerra.
Luego, con Park sería redactado el Código de Comercio (1962) y el Acta de
Arbitraje Comercial (1966). Otras normas fueron dictadas más adelante, como la
9. Restricción de la Negociación Colectiva (1971), para luego ser revertidas
con una Ley de Sueldo Mínimo, Negociación Colectiva y Derechos Laborales
(1987). Solo en 1980 se crea una Ley para la Regulación de los Monopolios y el
Comercio Justo.
Siguiendo
este razonamiento nos enfocaremos en el rol que cumplieron los tecnócratas en
el proceso de reformas económicas en Corea del Sur (Silva, 2000). Los
tecnócratas son altamente renuentes a la función política al ver de mala forma
la interferencia de la sociedad en la toma de decisiones. El Banco Mundial
planteó que el aislamiento tecnocrático fue uno de los factores que permitió
que los grupos técnicos pudiesen tomar decisiones aislados de los grupos de
presión, de los políticos y los lobistas. Sin ese aislamiento, las políticas
racionales, de alcance nacional y de tipo redistributivo hubiesen sido
imposibles (BM, 1993). Tal aislamiento fue el que permitió que la capacidad
estatal emergiese, el Estado desarrollista se consolidase, y que el
“crecimiento compartido” fuese una realidad en la mayoría de los países del
Este de Asia. Los tecnócratas de los países asiáticos fueron aislados de las
presiones políticas como de los hombres de negocios, por lo que las medidas
económicas han sido implementadas de forma independiente por los tecnócratas
usando al Estado como instrumento para este fin. Ello permitió una alianza
estable entre tecnócratas, militares y empresarios que, sin embargo, comenzó a
ser limitada luego de las presiones liberalizantes
del comercio internacional y de democratización.
La
llegada de Park plantea la creación de una burocracia estatal profesional y un
discurso anticorrupción fundado en la EPB (Economic Planning Board). Además, se
inspirará en el MITI de Japón para insertar a las chaebol
en los mercados internacionales. El EPB se volverá un supraministerio,
coordinando las acciones de diversas entidades estatales para dar coherencia y
ejecución a la planificación quinquenal de la economía. En 1963 se crea la Ley
Nacional de Servicio Público, para filtrar la entrada a la burocracia nacional
de los mejores profesionales posibles y eliminar todo signo de corrupción,
siendo solo el 1,7% de los que dieron la prueba elegidos para ser funcionarios
públicos entre 1963-85 (Silva, 2000). Debido al carácter dictatorial del
gobierno de Park, a pesar de tener una elección ganada estrechamente en 1963,
se creará una policía secreta (KCIA) para perseguir a los disidentes económicos
y políticos al régimen, supervisada directamente por Park y con vínculo directo
al poder militar. Las presiones luego del desarrollo del Plan de Industria
Pesada y Química se orientaban a la reforma liberalizante.
Este plan será implementado por una nueva generación de tecnócratas entrenados
en el extranjero. Finalmente, en 1979 Park es asesinado y el proceso de reforma
se abre paso durante la década siguiente.
1.3.
Evaluación de las reformas económicas
La estrategia de desarrollo coreana se basó en tres etapas
generales (Frank et al., 1975):
-
ISI:
entre 1954 y 1960 se desarrolla un periodo de creación de infraestructura para
el desarrollo industrial;
-
IOE:
entre 1961 y 1979 ocurre una fase de industrialización orientada hacia las
exportaciones. Fue implementada por el general Park en conjunto con su plan de
desarrollo;
-
Reestructuración:
implementada luego de 1980 por la crisis de la deuda con el objetivo de acabar
con la estanflación. Con ella empieza el periodo de liberalización de la
economía buscando eliminar las rigideces heredadas del periodo Park.
La división de periodos anteriormente mencionados coincide
con la creación de planes quinquenales para organizar la economía desarrollados
por el general Park. El primer plan quinquenal se implementa en 1962, y rigió
la actividad económica coreana hasta la crisis de 1997. El primer y segundo
plan quinquenal (1962-71) se destinó a la realización de producción de bienes
simples que permitieron generar el proceso de acumulación originaria para la
compra de bienes de capital. Ya en el tercer y cuarto plan quinquenal (1972-81)
la planificación se orientó hacia la creación de una industria pesada y
química, y para la producción de bienes de capital (Kim, 1991).
Tabla 1. Indicadores macroeconómicos para Corea del Sur,
1962-1981
Table 1. Macroeconomic indicators for South Korea,
1962-1981
año |
Y |
y |
K |
k |
C |
c |
n |
TFP |
g |
1962 |
0,16 |
0,04 |
0,11 |
0,24 |
0.78 |
0.03 |
0.04 |
0.26 |
0,02 |
1963 |
0,42 |
0,05 |
0,33 |
0,82 |
0.70 |
-0.11 |
0.04 |
0.26 |
0,11 |
1964 |
-0,13 |
0,00 |
-0,18 |
-0,30 |
0.74 |
0.06 |
0.02 |
0.28 |
-0,06 |
1965 |
-0,10 |
0,03 |
-0,04 |
-0,18 |
0.74 |
0.00 |
0.05 |
0.27 |
-0,10 |
1966 |
0,26 |
0,05 |
0,47 |
0,80 |
0.68 |
-0.08 |
0.03 |
0.29 |
-0,01 |
1967 |
0,24 |
0,03 |
0,02 |
0,22 |
0.66 |
-0.02 |
0.04 |
0.29 |
0,10 |
1968 |
0,26 |
0,06 |
0,22 |
0,46 |
0.63 |
-0.04 |
0.05 |
0.29 |
0,03 |
1969 |
0,25 |
0,04 |
0,10 |
0,35 |
0.66 |
0.04 |
0.02 |
0.31 |
0,10 |
1970 |
0,17 |
0,00 |
-0,12 |
0,00 |
0.67 |
0.01 |
0.04 |
0.33 |
0,12 |
1971 |
0,10 |
0,06 |
-0,05 |
0,01 |
0.66 |
-0.01 |
0.03 |
0.35 |
0,05 |
1972 |
0,10 |
0,05 |
-0,14 |
-0,10 |
0.66 |
-0.01 |
0.04 |
0.36 |
0,08 |
1973 |
0,28 |
0,04 |
0,21 |
0,46 |
0.63 |
-0.05 |
0.06 |
0.40 |
0,06 |
1974 |
0,41 |
0,02 |
0,25 |
0,69 |
0.61 |
-0.02 |
0.04 |
0.44 |
0,15 |
1975 |
0,11 |
0,04 |
-0,12 |
-0,05 |
0.61 |
-0.01 |
0.02 |
0.48 |
0,06 |
1976 |
0,37 |
0,04 |
-0,03 |
0,25 |
0.58 |
-0.05 |
0.06 |
0.48 |
0,21 |
1977 |
0,29 |
0,02 |
0,09 |
0,36 |
0.55 |
-0.06 |
0.03 |
0.49 |
0,14 |
1978 |
0,35 |
0,05 |
0,15 |
0,48 |
0.52 |
-0.05 |
0.04 |
0.49 |
0,14 |
1979 |
0,29 |
0,04 |
0,09 |
0,38 |
0.52 |
0.01 |
0.01 |
0.48 |
0,14 |
1980 |
-0,02 |
0,00 |
-0,09 |
-0,12 |
0.55 |
0.05 |
0.00 |
0.45 |
-0,01 |
1981 |
0,12 |
0,01 |
-0,05 |
0,03 |
0.55 |
0.00 |
0.02 |
0.46 |
0,08 |
n=20 |
0,20 |
0,03 |
0,06 |
0,24 |
0.63 |
-0.02 |
0.04 |
0.37 |
0,07 |
Fuente:
elaboración propia con datos del Banco Mundial. Source: own
elaboration based on Banco Central data.
La Tabla 1 ayuda a comprender lo importante de las reformas
económicas realizadas por el régimen de Park mediante un sistema de planes
quinquenales. Hemos incluido los años de los planes quinquenales diseñados por
Park de forma agregada para tener una panorámica completa de los efectos de las
reformas económicas del régimen. Si bien es conveniente dividir los periodos
por los planes correspondientes para evitar la inclusión de error en las medias
de cada indicador, usaremos las cifras de Tabla 1 con fines ejemplificadores y
no econométricos.
En
primer lugar, se puede apreciar que la tasa de crecimiento proporcional de la
inversión[6]
pasó de .13 a .32 en 20 años, teniendo un máximo local el año 1979 de .37. Los
altos niveles de inversión son un elemento importante del periodo, ya que
constituyen la medida del capital físico usado para crear la infraestructura de
la industria surcoreana. El proceso se da simultáneamente con un recorte del
consumo, que se contrae de .78 a .63 durante el periodo, mostrando una tasa
negativa acumulada de .02 anual. La demanda agregada del periodo se ha
incrementado a costa de una reducción del consumo, lo que habla de un proyecto
económico orientado a la creación de cimientos productivos. Los procesos
imitativos se reflejan en el crecimiento de la Productividad Total de Factores
(TFP por su sigla en inglés), donde el aporte por trabajador al PIB se
incrementa cada uno de los años analizados, haciendo que una variación del 4
por ciento del PIB por unidad efectiva de trabajo (UET) repercuta en un 11 por
ciento sobre el crecimiento anual del PIB. Finalmente, podemos apreciar que la
relación entre el producto marginal del capital varía positivamente con el
incremento de la tasa marginal de inversión, haciendo que en el periodo los
factores que frenan el crecimiento (crecimiento poblacional, depreciación del
capital y variación marginal de la PTF) sean menores que la tasa marginal de
inversión, alejándose la economía coreana durante el periodo analizado del
estado estacionario.[7]
Que el estado estacionario se alcance solo a finales del periodo habla del uso
progresivo de innovaciones tecnológicas para desplazar la curva de inversión
del estancamiento. Esto queda claro en el tercer plan quinquenal, ya que
registra a lo menos tres periodos donde el crecimiento del PIB se da sobre el
10 por ciento. Las variaciones consecutivas de una disminución del consumo y de
un aumento del capital bruto reflejan el uso productivo de estos excedentes de
la producción en lugar de dejarlos disponibles para su población.
Tabla 2. Conformación de la demanda agregada para Corea del Sur,
1962-1981
Table 2. Conformation of aggregate demand for South
Korea, 1962-1981
año |
G |
grate |
EXP |
exprate |
IMP |
imprate |
X |
1962 |
0.17 |
0.01 |
0.03 |
0.09 |
-0.09 |
0.18 |
-0.06 |
1963 |
0.16 |
-0.07 |
0.03 |
-0.02 |
-0.10 |
0.13 |
-0.08 |
1964 |
0.14 |
-0.08 |
0.03 |
0.12 |
-0.07 |
-0.31 |
-0.04 |
1965 |
0.14 |
0.01 |
0.04 |
0.26 |
-0.07 |
0.04 |
-0.04 |
1966 |
0.14 |
-0.02 |
0.05 |
0.25 |
-0.10 |
0.33 |
-0.05 |
1967 |
0.15 |
0.05 |
0.06 |
0.22 |
-0.12 |
0.20 |
-0.06 |
1968 |
0.15 |
-0.01 |
0.07 |
0.23 |
-0.15 |
0.25 |
-0.08 |
1969 |
0.14 |
-0.04 |
0.08 |
0.18 |
-0.16 |
0.09 |
-0.08 |
1970 |
0.14 |
-0.01 |
0.09 |
0.09 |
-0.16 |
-0.01 |
-0.07 |
1971 |
0.14 |
0.00 |
0.09 |
0.04 |
-0.16 |
0.01 |
-0.07 |
1972 |
0.14 |
0.04 |
0.11 |
0.25 |
-0.14 |
-0.13 |
-0.02 |
1973 |
0.13 |
-0.10 |
0.15 |
0.28 |
-0.16 |
0.15 |
-0.01 |
1974 |
0.13 |
-0.01 |
0.14 |
-0.04 |
-0.19 |
0.20 |
-0.05 |
1975 |
0.13 |
0.02 |
0.15 |
0.03 |
-0.17 |
-0.11 |
-0.02 |
1976 |
0.12 |
-0.10 |
0.18 |
0.27 |
-0.19 |
0.12 |
0.00 |
1977 |
0.11 |
-0.03 |
0.20 |
0.11 |
-0.21 |
0.11 |
-0.01 |
1978 |
0.11 |
-0.06 |
0.21 |
0.04 |
-0.25 |
0.17 |
-0.03 |
1979 |
0.11 |
-0.01 |
0.21 |
0.01 |
-0.28 |
0.13 |
-0.06 |
1980 |
0.13 |
0.19 |
0.26 |
0.20 |
-0.31 |
0.12 |
-0.06 |
1981 |
0.13 |
-0.01 |
0.27 |
0.14 |
-0.31 |
0.09 |
-0.04 |
n=20 |
0.14 |
-0.01 |
0.12 |
0.14 |
-0.17 |
0.09 |
-0.05 |
Fuente:
elaboración propia con datos de Penn World Table 9.1
(s.f.). Source: own elaboration based on Penn World Table 9.1 (s.f.).
Es habitual que se nos refiera al caso surcoreano como uno de
economía integrada tempranamente en los mercados internacionales. Dicha
afirmación, si bien es correcta, debe ser matizada tomando en cuenta que Corea del Sur, al igual que la
totalidad de los países agrupados en los NICs., exceptuando a Japón, se
encontraban en el eslabón de menor valor en la cadena productiva.[8]
Las Empresas Multinacionales (EMN) alojadas en estos países usaban su mano de
obra barata para reducir costos en los países de origen y luego vender los
bienes finales en mercados emergentes. En este proceso, Corea del Sur se
encontraba en una etapa de sustitución de importaciones complementada con un
aumento sostenido de sus exportaciones, lo cual puede apreciarse en Tabla 2. A
pesar de poseer una tasa de 14 por ciento anual de crecimiento en el volumen
exportador, Corea del Sur posee durante el periodo un déficit de 5 por ciento
anual, por lo que durante el periodo analizado se importaba mucho más de lo que
exportaba. Si tal importación consistiese mayoritariamente en bienes
suntuarios, nos encontraríamos con un escenario de estancamiento y no de
crecimiento sostenido del PIB anual, que es lo que efectivamente ocurre en el
caso surcoreano. Finalmente, los datos presentados en Tabla 2 muestran un
“desarrollismo eficiente”, por así llamarlo. El gasto público, que posee una
tasa negativa de un 1 por ciento anual muestra una eficiencia del gasto público
siendo que, basado en los antecedentes mostrados para el caso surcoreano,
debiese presentar un porcentaje mayor del PIB tomando en cuenta el control que
poseía el gobierno en guiar la producción de los chaebols,
en crear bancos para cada unidad y la participación de la IED en las industrias
tecnológicas.
En
resumen, la bibliografía que trabaja los factores económicos que explican el
crecimiento en Corea del Sur durante el régimen de Park coincide con los datos
agregados del periodo 1961-81. El crecimiento del PIB se comporta de forma
exponencial, el estado estacionario se alcanza al final del periodo y las
reformas económicas implementadas son la explicación de este gran salto
productivo, pasando Corea del Sur de ser un exportador de arroz, harinas y
pescados a un productor y exportador de bienes de capital y semiconductores.
Los efectos de las reformas se dieron efectivamente durante el régimen
del General Park, con un amplio privilegio a la inversión en capital físico y
al ahorro de los excedentes por sobre una sociedad del consumo.
2. El
caso de Chile: monetarismo ortodoxo en dos fases
El proceso de reforma en Chile parte con el del golpe de Estado
el 11 de septiembre de 1973. El equipo económico del régimen realiza el proceso
de reformas para la implementación de una estrategia monetarista de economía
cerrada (1973-1981) para luego dar paso a un monetarismo de economía abierta
(1982-1989). El régimen seguirá la senda de desarrollo anterior a 1930, y
abandonará el desarrollo industrial para regresar a un modelo primario
exportador que, a su vez, desindustrializará la matriz productiva. La
mantención de estas reformas creó las condiciones para que Chile recuperase sus
índices macroeconómicos a los niveles previos al golpe. En términos
macroeconómicos, el régimen de Pinochet coincide con la definición cepaliana de “década perdida”: alta desigualdad, alta
pobreza y bajo crecimiento. Los resultados del experimento chileno se verán, en
consecuencia, luego del régimen de Pinochet.
1.1.
Antecedentes del caso chileno
Siguiendo el razonamiento utilizado para el caso surcoreano,
podemos afirmar que los tecnócratas han estado presentes desde, a lo menos, el
primer gobierno de Arturo Alessandri Palma (Silva, 2016). Con la llegada del
régimen, los chicago boys liderados
inicialmente por Sergio de Castro fueron los impulsores de la ideología
neoliberal y de las reformas económicas de libre mercado. Centros como FLACSO
(Facultad Latinoamericana de las Ciencias Sociales) y CIEPLAN (Corporación de
Estudios Para América Latina) serán los principales canales de dialogo de
“oposición” con los tecnócratas neoliberales del régimen para corregir los
errores del modelo y asegurar la transición política a la democracia luego del
régimen de Augusto Pinochet.
En el
caso de América Latina y Caribe (ALC), las políticas de ajuste provinieron
desde el camino opuesto a lo ocurrido en Asia Pacífico. La crisis de la deuda
obligó a aplicar un conjunto de medidas económicas que iban en sentido
contrario de redistribuir ingresos en la sociedad y más en volver al Estado un
actor regulador de la actividad económica. Las metas del ajuste eran
neoliberales, y la tecnocracia que las implementaría respondería a esos fines (Thorp, 1998). Se elimina el proyecto nacional de desarrollo
y se abraza el libre cambio como forma de reducir el déficit, reducir la
inflación y estabilizar el tipo de cambio. En lugar de obtener capacidad
estatal mediante un Estado desarrollista, se obtendrá un Estado mínimo. En vez
de crecimiento compartido, ALC obtendrá una “década vacía” de estancamiento
económico, alta inflación y desigualdad creciente (Bielchowski,
1998).
Desde
comienzos de la era republicana se ha descrito a Chile como un país que
eficazmente logró desde sus inicios el instaurar un sistema político estable a
diferencia de sus pares hispanoamericanos (Silva, 2000). El primer intento de
profesionalizar el gobierno se dio durante el régimen de Carlos Ibáñez del
Campo, donde este trató de prohibir que la “política” guiase las acciones del
gobierno. El símil de la EBP de Corea del Sur fue la CORFO, creada en 1939.
Hasta los años 50 se mantuvo como el pivote de la industrialización con un
amplio margen de maniobra, para luego pasar a ser guiada por los gobiernos de
turno hasta 1973. Durante el gobierno de Arturo Alessandri se intentó dar un
viraje de un sesgo estatista e industrializador hacia uno más orientado al
mercado, lo que no llegó a mayor puerto. Con la llegada de los gobiernos de
Eduardo Frei Montalva en 1964 y Salvador Allende en 1970, nuevas generaciones
de tecnócratas llegaron al gobierno para hacerse cargo de implementar las
grandes reformas de la época, lo que hizo que la autonomía de estos disminuyese
considerablemente frente al poder político.
1.2.
Reformas económicas bajo Augusto Pinochet
El inicio de las reformas económicas comienza inmediatamente
asumido el poder por parte del régimen. Intentando dar un carácter apolítico a
la Junta Militar, un equipo de economistas es conformado y liderado por Sergio
de Castro, quien crea ODEPLAN para dar lugar al diseño e implementación del
modelo monetarista ortodoxo aprendido por él y su equipo en la Escuela de
Chicago.
El
primer obstáculo que debió enfrentar el régimen de Pinochet fue legitimar el
golpe frente a sus pares. El hecho de que los países no alineados y buena parte
de la Comunidad Económica Europea hayan cortado relaciones diplomáticas con el
dictador creó la imagen de que Chile bajo Pinochet se encontraba política y
económicamente aislado. Como bien lo prueba Bremmer
(2007), la política exterior de cada país analiza apertura y estabilidad como
un costo de oportunidad, ya que mayor nivel de apertura hace que gobiernos de
tipo autoritario se vean socavados por ideas liberalizantes
que pueden eventualmente debilitar la base de sus gobiernos; las relaciones
diplomáticas del régimen con buena parte de los países del Asia Pacífico no
serían explicables. Como señala Ross (2020), el pragmatismo con que los NIC’s, Japón y los futuros ASEAN gestionaban su diplomacia,
que las prioridades siempre se encontrasen en los temas económicos, el
anticomunismo y la mutua no injerencia facilitó que el régimen de Pinochet
saliese del aislamiento que sus aliados europeos le impusieron. En este
contexto se redefinen las relaciones diplomáticas Corea del Sur-Chile: en un
escenario impropio, donde la llegada de Pinochet al poder le obligaba a
enfrentar el aislamiento que sus ex aliados comenzaban a crearle. El gobierno
militar fue reconocido por Seúl, el 24 de septiembre de 1973. Chile abrió su
embajada en la capital surcoreana en 1975.
Con la
llegada del régimen, Pinochet se encarga de blindar a sus chicago boys de la influencia de sectores políticos de derecha
y de la sociedad civil. Inician sus reformas con el recorte del gasto y los
funcionarios públicos innecesarios en orden de hacer la política lo más
coherente a lo que los tecnócratas planteasen. A su vez, el discurso político
es orientado a que los problemas que el país vive no se resuelven con política.
Así, se implementará un plan económico racional y neutral (Silva, 2000). Al
principio, los tecnócratas obtuvieron acceso limitado al gobierno. Pinochet
volvió a los grupos económicos privados los actores del modelo y los
responsables de guiar el crecimiento económico (SOFOFA, SNA, CPC[9]),
dejando a las PYMES y a los sectores no exportadores fuera de los beneficios
del modelo. Toda crítica a este enfoque “científico” y basado en la economía
más moderna sería tildada como ignorante y carente de fundamento, además de
sesgado en pos de beneficiar a unos por sobre otros.
Los postulados monetaristas crearon una “trampa de clase” de la que luego la
oligarquía chilena no podría zafarse (Silva, 2000). La crisis del 82 obligó a un
cambio de enfoque, dejando fuera a los chicago boys
y llamando a sectores de derecha más moderada a hacerse cargo de las finanzas
estatales. Para 1985 la crisis se encontraba superada y la imagen de los
tecnócratas se encontraba parcialmente restaurada.[10]
El
modelo impuesto entre 1973 y 1989 es considerado por Ffrench-Davis
(1999) como el de mayor ortodoxia neoliberal. Los malos resultados de este
modelo responderían a tres grandes problemas: heterogeneidad productiva
estructural, donde segmentos altamente productivos deben convivir con
estructuras productivas arcaicas; desigualdad inicial entre los agentes
económicos, los que al ser expuestos de igual forma a la liberalización
acentuaron la concentración del poder económico, y tendencias desestabilizadoras
en las políticas de ajuste creadas por el contexto monetarista ortodoxo, lo que
reforzó la tendencia especulativa de los capitales en lugar de su inversión en
formas productivas.
Luego de
1975 se privatizaron todos los bancos que habían sido estatizados. Las barreras
arancelarias se disminuyeron de un promedio de 94% a un promedio de 10% en
menos de cuatro años. Para 1980 la CORFO poseía propiedad de solo 24 empresas
en comparación a las 300 que poseía en 1973. La mayoría se encontraba en
proceso de licitación. Estas ventas se realizaron en contexto de crisis
económica y de tasas de interés altas. Los grupos transnacionales participaron
no en la compra de empresas, sino en la provisión de préstamos en moneda
extranjera. Debido a las altas tasas de interés, muy pocas empresas pudieron
participar del proceso. Para 1982 se crearía una Comisión de Venta de Activos
para revertir la crisis rematando empresas públicas. La reforma agraria
anterior fue revertida, devolviendo las tierras a sus nuevos dueños (French-Davis,
1999).
La
política antiinflación hasta 1976 se controló
mediante la política monetaria, asumiendo que los actores debían tomar en
cuenta el valor del dinero a la hora de asignar la producción y los precios. El
resultado fue un aumento de la inflación de un 400% en 1973 a 590% al año
siguiente. La inflación se mantuvo sobre el 300% hasta 1976 a pesar de
restricciones sobre la política monetaria y del equilibrio fiscal. Los efectos
de la restricción monetaria se hicieron ver en la disminución de los salarios
promedio en 40%, una caída del PIB de 14% y una caída en la producción
industrial de un 28%. El régimen mantuvo una postura rígida y unicausal sobre
el origen de la inflación, basada en exceso de circulante y de demanda
agregada. Para 1979 se congela la tasa cambiaria y se da fin a la política
antiinflacionaria.
El
equipo económico luego daría el paso desde un modelo de economía cerrada a un
monetarismo de economía abierta. En el primero, la inflación es consecuencia de
la expansión monetaria. En el segundo, la inflación ocurre por variaciones de
los precios internacionales más la del tipo de cambio. Controlado el tipo de
cambio, la inflación interna y externa se igualarían. Se usó también el
supuesto que imperaba cuando se usaba el patrón oro como base de las divisas:
el tipo de cambio real se ajustaría automáticamente si se restringía la
liquidez monetaria. En la práctica, existió inflación externa negativa (-2%
para 1982) junto con una apreciación del dólar frente a las demás monedas. Un
dólar apreciado combinado con una alta tasa de interés local llevó a una
devaluación real del 70%, por lo que se debió congelar el tipo de cambio.
La
reforma financiera partió con la privatización de los bancos. Se retiró la
prohibición para la IED en 1974 y se liberó el encaje de reservas nacionales,
para permitir que los bancos pudiesen orientarse más hacia el consumo que hacia
la inversión. Los problemas generados por estas medidas de eliminación de
restricciones hacia la IED y las colocaciones de los bancos sentaron las bases
de la crisis de 1982. La alta rentabilidad de los préstamos para los bancos,
combinada con colocaciones de 30 días máximo desincentivaron que la IED se
orientase a inversión, priorizándose el uso de capitales para la importación de
bienes suntuarios.
Finalmente,
se asumió que la apertura sería un mecanismo de promoción de exportaciones, de
uso de capacidades subutilizadas, financiamiento fresco a tasas preferenciales
y disminución de la demanda agregada. Mientras que otros países mostraron un crecimiento
basado en la deuda, Chile poseyó un déficit en cuenta corriente promovido por
la deuda. La situación empeoró debido a que Chile absorbió más deuda que la que
era capaz de redirigir productivamente.
2.3.
Evaluación de las reformas económicas
Haciendo un análisis basado en los datos el periodo 1973-89,
dividido en dos momentos, podemos ver claramente cómo el modelo monetarista no
funcionó. Un modelo monetarista supone una preexistencia de actores idénticos
que son capaces de competir entre sí y que utilizan los niveles de precios para
tomar decisiones. El tipo de cambio, la tasa de interés y la inflación son
indicadores clave para las empresas como para los consumidores, donde mayores
tasas generan menor demanda de bienes dado su efecto en el nivel de precios.
Una inflación alta afecta el beneficio marginal de la inversión, lo que
desincentiva una tasa constante de inversión: desde el lado del consumidor, un
aumento de los precios disminuye la propensión marginal a consumir. Desde esta
óptica controlar los niveles de precios era crucial. Los efectos de las
reformas económicas hablan por sí mismas y pueden verse claramente en Tabla 3.
El PIB
creció en promedio un 1,8 por ciento anual durante el periodo 1973-82, y la
tasa de inversión total como marginal se mantuvieron bajo el 15 por ciento, lo
que concuerda con todos los análisis hechos por los expertos de oposición de la
época: la entrada de capitales hacia la producción simplemente nunca llegó y se
orientó hacia la especulación mediante créditos al consumo aprovechando las
altas de interés locales. El consumo total se redujo de un 74 a un 68 por
ciento, acumulando una disminución anual de .05 por ciento. El producto por UET
se volvió nula durante el periodo de monetarismo cerrado, sin ser los trabajadores
la base del crecimiento del periodo.
Tabla 3. Indicadores macroeconómicos para Chile, 1973-1981
Table 3. Macroeconomic indicators for Chile, 1973-1981
año |
Y |
y |
TFP |
g |
n |
K |
k |
C |
c |
1973 |
0,42 |
0,40 |
0,70 |
0,38 |
0,01 |
-0,05 |
-0,02 |
0.740 |
-0.041 |
1974 |
-0,04 |
-0,01 |
0,49 |
-0,31 |
-0,03 |
1,49 |
1,59 |
0.637 |
-0.139 |
1975 |
-0,53 |
-0,51 |
0,32 |
-0,35 |
-0,04 |
-0,70 |
-0,71 |
0.662 |
0.038 |
1976 |
0,36 |
0,34 |
0,38 |
0,20 |
0,02 |
0,32 |
0,26 |
0.637 |
-0.037 |
1977 |
0,35 |
0,29 |
0,42 |
0,11 |
0,04 |
0,52 |
0,51 |
0.681 |
0.068 |
1978 |
0,15 |
0,14 |
0,41 |
-0,02 |
0,01 |
0,42 |
0,39 |
0.681 |
0.001 |
1979 |
0,36 |
0,34 |
0,48 |
0,16 |
0,02 |
0,35 |
0,28 |
0.673 |
-0.012 |
1980 |
0,33 |
0,26 |
0,49 |
0,02 |
0,06 |
0,57 |
0,54 |
0.683 |
0.015 |
1981 |
0,19 |
0,17 |
0,50 |
0,03 |
0,02 |
0,26 |
0,35 |
0.726 |
0.062 |
n=9 |
0,18 |
0,16 |
0,47 |
0,02 |
0,01 |
0,35 |
0,35 |
0.680 |
-5 |
Fuente:
elaboración propia con datos del Banco Mundial. Source: own
elaboration based on Banco Central data.
La liberalización de las fronteras debió beneficiar tanto las
exportaciones no tradicionales como la importación de bienes de capital para
mantener la tasa de exportaciones constante. Los resultados muestran una tasa
de exportaciones mayor que las exportaciones totales, lo que coincide con los
análisis de microdatos relacionados con la canasta exportadora chilena y su
moderada diversificación. Sumado a que durante el periodo nos encontramos con
un dólar devaluado, una oferta de créditos internacionales a tasa negativa y un
precio del cobre al alza, el aumento de las exportaciones totales como
marginales no debiese sorprender. Sin embargo, las exportaciones netas
(restándole las importaciones) muestran una balanza comercial negativa, siendo
solo 1976 un año de cifras azules. La composición de la canasta importadora,
que no estaba orientada a la inversión productiva ni la adquisición de créditos
para sostener un “crecimiento con deuda” se materializó en préstamos a la banca
local a tasas demasiado altas, por lo que invertir para producir no era
rentable: la demanda agregada se sostuvo en base a consumo por parte del 10 por
ciento más rico. El consumo suntuario fue la base del periodo, sin mostrar
grandes resultados sobre el producto por UET. Finalmente, el recorte del gasto
público no fue una política sostenida por parte del régimen, sino una
estrategia de corto plazo que luego debió revertirse en 1978 dados los altos
índices de desempleo del periodo (ciclo subinversión-subempleo).
Tabla 4. Conformación de la demanda agregada para Chile, 1973-1981
Table 4. Conformation of aggregate demand for Chile,
1973-1981
año |
G |
Grate |
EXP |
Exprate |
IMP |
IMPrate |
X |
1973 |
0.174 |
-0.160 |
0.030 |
-0.166 |
-0.062 |
-0.278 |
-0.032 |
1974 |
0.182 |
0.051 |
0.072 |
1.376 |
-0.116 |
0.865 |
-0.044 |
1975 |
0.094 |
-0.488 |
0.097 |
0.347 |
-0.102 |
-0.115 |
-0.006 |
1976 |
0.114 |
0.223 |
0.115 |
0.187 |
-0.105 |
0.024 |
0.010 |
1977 |
0.156 |
0.367 |
0.102 |
-0.113 |
-0.103 |
-0.021 |
-0.001 |
1978 |
0.169 |
0.079 |
0.103 |
0.012 |
-0.121 |
0.179 |
-0.018 |
1979 |
0.208 |
0.232 |
0.127 |
0.236 |
-0.161 |
0.329 |
-0.034 |
1980 |
0.259 |
0.245 |
0.117 |
-0.076 |
-0.171 |
0.066 |
-0.054 |
1981 |
0.325 |
0.255 |
0.095 |
-0.195 |
-0.196 |
0.143 |
-0.101 |
n=9 |
0.187 |
0.089 |
0.095 |
0.179 |
-0.126 |
0.132 |
-0.031 |
Fuente:
elaboración propia con datos de Penn World Table 9.1
(s.f.). Source: own elaboration based on Penn World Table 9.1 (s.f.).
La crisis bancaria golpeó durante al continente, pero golpeó
a Chile más duro que a los otros países. La apertura unilateral y neutral hacia
la IED y hacia la importación forzó a competir a actores asimétricos y a
intensificar la autoselección entre productores antes beneficiados de la
sustitución de importaciones. Nuevamente vemos que el producto por UET poseyó
un nulo crecimiento durante el periodo, por lo que el crecimiento se debió a
factores relacionados no a la creación de formación bruta de capital sino a la
especulación. La PTF del periodo disminuyó 2 por ciento por año, siendo el año
1985 el de mayor caída, de 11 por ciento. El consumo total se redujo a 58 por
ciento del PIB, con una baja de doce puntos desde 1982 y acumulando una
reducción anual de 2 por ciento. El PIB recuperó el ritmo de crecimiento anual
durante el periodo, con un 2,5 promedio. El producto marginal del capital del
periodo será uno de los más bajos que se tengan registro, con menos de 4 por
ciento anual. Las medidas liberalizantes mejorarán la
sensibilidad del PIB a cada unidad de inversión adicional en comparación al
periodo anterior (Tabla 5).
Tabla 5. Indicadores macroeconómicos para Chile, 1982-1989
Table 5. Macroeconomic indicators for Chile, 1982-1989
año |
Y |
y |
TPF |
g |
n |
K |
k |
C |
c |
1982 |
-0,27 |
-0,21 |
0,50 |
0,00 |
-0,07 |
-0,63 |
-0,66 |
0.695 |
-0.042 |
1983 |
-0,20 |
-0,25 |
0,50 |
-0,22 |
0,07 |
-0,17 |
-0,20 |
0.668 |
-0.040 |
1984 |
-0,04 |
-0,08 |
0,39 |
-0,19 |
0,04 |
0,53 |
0,44 |
0.639 |
-0.043 |
1985 |
-0,10 |
-0,15 |
0,32 |
-0,11 |
0,06 |
-0,20 |
-0,24 |
0.621 |
-0.028 |
1986 |
0,07 |
0,01 |
0,28 |
-0,05 |
0,05 |
0,18 |
0,14 |
0.613 |
-0.013 |
1987 |
0,18 |
0,13 |
0,27 |
0,01 |
0,04 |
0,40 |
0,34 |
0.603 |
-0.016 |
1988 |
0,17 |
0,13 |
0,27 |
0,02 |
0,04 |
0,21 |
0,16 |
0.580 |
-0.039 |
1989 |
0,15 |
0,10 |
0,28 |
-0,01 |
0,05 |
0,28 |
0,24 |
0.578 |
-0.003 |
n=8 |
0,0 |
-0,04 |
0,35 |
-0,07 |
0,04 |
0,08 |
0,03 |
0.625 |
-0.028 |
Fuente:
elaboración propia con datos del Banco Mundial. Source: own
elaboration based on Banco Central data.
Las medidas neoliberales durante el periodo lograrán contener
el gasto público y crear un saldo positivo a las exportaciones netas. Un
crecimiento de 7 por ciento de las exportaciones por año, una balanza comercial
positiva de 2,5 por ciento anual y una reducción del gasto público de 8 por
ciento anual cerrarán el periodo con la consolidación del modelo monetarista
frustrado. La balanza comercial, el tipo de cambio y la tasa de interés se
verán estabilizadas luego de 1986, cuando el régimen comenzará el proceso de
transición hacia la democracia mediante un pacto con las fuerzas políticas
organizadas en lo que será conocida como la “Concertación” (Tabla 6).
Tabla 6. Conformación de la demanda agregada para Chile, 1982-1989
Table 6. Conformation of aggregate demand for Chile,
1982-1989
año |
G |
Grate |
EXP |
Exprate |
IMP |
IMPrate |
X |
1982 |
0.279 |
-0.140 |
0.120 |
0.273 |
-0.116 |
-0.407 |
0.004 |
1983 |
0.209 |
-0.250 |
0.131 |
0.091 |
-0.105 |
-0.098 |
0.027 |
1984 |
0.194 |
-0.074 |
0.132 |
0.004 |
-0.119 |
0.138 |
0.013 |
1985 |
0.147 |
-0.240 |
0.136 |
0.032 |
-0.102 |
-0.144 |
0.034 |
1986 |
0.139 |
-0.057 |
0.125 |
-0.080 |
-0.095 |
-0.066 |
0.030 |
1987 |
0.140 |
0.010 |
0.132 |
0.052 |
-0.103 |
0.084 |
0.028 |
1988 |
0.147 |
0.047 |
0.155 |
0.177 |
-0.111 |
0.078 |
0.044 |
1989 |
0.152 |
0.037 |
0.158 |
0.020 |
-0.136 |
0.218 |
0.022 |
n=8 |
0.176 |
-0.083 |
0.136 |
0.071 |
-0.111 |
-0.025 |
0.025 |
Fuente:
elaboración propia con datos de Penn World Table 9.1
(s.f.). Source: own elaboration based on Penn World Table 9.1 (s.f.).
Conclusión
En el presente trabajo hemos querido realizar un contraste
entre ambos casos como una forma, principalmente, de desmentir el “éxito” que
generó el régimen de Pinochet al compararlo con un caso exitoso de reforma
económica guiada por tecnocracia, como lo fue Corea del Sur, caso que parte en
condiciones mucho peores que el Chile de 1973 y que lo supera rápidamente en
cosa de décadas. El contenido de las reformas es tan importante precisamente
por los resultados que pueden lograrse en el mediano y largo plazo. Presentamos
al respecto tres conclusiones.
En
primer lugar, que las instituciones importan a la hora de determinar el curso
del crecimiento económico. En efecto, las reformas desarrolladas por Corea del
Sur y Chile fueron efectivas en cumplir que las sendas de desarrollo de cada
caso se cumplieran. En dicho proceso, ambos casos compartieron el colocar en el
centro del diseño e implementación de las reformas a una tecnocracia de alto
nivel académico. Sin embargo, a diferencia de Corea del Sur, los tecnócratas
chilenos no eran reclutados bajo estándares comunes y altamente exigentes,
aunque sí debían cumplir con formar parte de una elite intelectual afín al
enfoque de Chicago. Además, la tecnocracia chilena posee una vinculación al
Estado chileno de larga data, que se consolida desde el gobierno de facto de
Carlos Ibáñez del Campo hasta nuestros días. En ambos casos se logró la
implementación de las reformas gracias a tecnócratas blindados por los
dictadores para desarrollar una estrategia industrializadora y exportadora en
el caso de Corea del Sur, y desindustrializante con
regresión al modelo primario exportador en el caso de Chile.
En
segundo lugar, y el punto más importante generado de este artículo, es el
contraste de los resultados de los casos estudiados. Ambos son producto de las
estrategias de desarrollo económico implementado por los tecnócratas y guiados
por quienes lideraban ambos regímenes autoritarios. Corea del Sur se prepara
para la apertura industrializando su economía, sacrificando el consumo de su
población en pos de mejorar los índices de inversión.
Chile expuso su economía a shocks externos que no fue capaz de resistir.
En ambos países impera una ausencia de neutralidad en las decisiones de
política macroeconómica, premiando a unos y castigando a otros. Las grandes
empresas fueron los grandes ganadores en ambos casos, respondiendo a una
planificación ordenada y en fases progresivas e incrementales como lo fue el
caso surcoreano y guiado por las fuerzas del mercado como lo fue el caso
chileno. La diferencia sustantiva entre estos dos modelos muestra cómo los
países deben crear una infraestructura mínima antes de impulsar reformas de
apertura a la economía internacional. Por tales motivos, los resultados del
éxito se darán durante el régimen de Park, y luego del régimen de
Pinochet.
Finalmente,
el modelo coreano, basado en ventajas competitivas, tiende a ser más estable
por depender de una economía orientada a la exportación de productos de una industria centrada en la
innovación; mientras que el modelo chileno, basado en ventajas comparativas,
tiende a ser más inestable, por depender de una economía orientada a la exportación primaria, no
centrada en la innovación y afecta a la hvariación internacional de precios.
Conocer
a profundidad el caso surcoreano y desmitificar el caso chileno, estos han sido
los motores de la presente investigación: res non verba.
*El presente trabajo está patrocinado por
la Universidad de Santiago de Chile y financiado por ANID, proyecto Fondecyt
Regular Regular Nº 1200168 (ANID), titulado “Cile y
Corea del Sur, 1973-1989: Vidas paralelas y convergencias secretas”.
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* * *
Recibido: 07/03/2022
Aceptado: 30/12/2022
Publicado: 17/01/2023
[1] César Ross: Universidad de Santiago de
Chile, Santiago, Chile, ORCID 0000-0001-8147-6243, cesar.ross@usach.cl; Francisco
Quiero Aguirre: Universidad de Santiago de Chile, Santiago, Chile, ORCID 0000-0002-3897-1916, francisco.quiero@gmail.com
[2] Continuando esa línea argumentativa pero
desde el enfoque monetarista tenemos a Friedman (1966 y 1997), donde la
libertad económica es una precondición de la libertad política, así como ambas
son los pilares para crear un ecosistema virtuoso para el crecimiento
económico.
[3] Los keiretsu eran grupos de empresas
con un comercio intenso entre ellas que en su centro poseían un banco con
amplios poderes (Heng Siam-Heng, 2010).
[4] Según datos de Kim (1991) para 1997 el
93% de los commodities y el 62% de
los embarques se hacían bajo condiciones o monopólicas u oligopólicas.
[5] Podemos definir la “capacidad estatal” como
la habilidad del Estado de llevar a cabo sus funciones, que son cuatro:
institucional (hacer cumplir los acuerdos), técnica (realizar la política
económica de forma general), administrativa (proveer bienes públicos y encarnar
las funciones burocráticas), y política (canalizar las demandas de la sociedad
al actuar del Estado).
[6] Las tasas de cada una de las variables:
PIB (Y), formación de capital bruto (K), consumo (C) y PTF poseen una tasa de
crecimiento equivalente a su variación entre un año base y el año
inmediatamente posterior y ha sido representado con una letra minúscula (g para
la PTF y n para la unidad trabajo).
[7] En el estado estacionario, las
variaciones marginales del capital son igual a cero, por lo que los elementos
despreciadores del capital y la inversión son iguales de la forma Dk = s¦(k) - (n + g + d)k = 0. Alcanzado este
punto es necesario un estímulo tecnológico (variable exógena) para que el
capital recupere su capacidad multiplicativa sobre el producto.
[8] Se suele mencionar a este modelo de
reciclaje de ventajas comparativas como Flying Geese representando un
país líder que, en la medida en que innova tecnológicamente, va delegando en
otros países la producción de bienes de menor valor (Ozawa, 2006; Kasahara,
2013).
[9] Se hace referencia a la Sociedad de
Fomento Fabril, Sociedad Nacional de Agricultura y la Corporación de la
Producción y el Comercio.
[10] La crisis del 82 generó el primer remesón
económico y político del régimen. Obligó a reconfigurar el equipo económico
forzando la salida de Sergio de Castro, siendo reemplazado por Hernán Büchi,
responsable de rematar las empresas estatales a precios rebajados y facilitando
créditos blandos por parte del Banco del Estado a las grandes corporaciones
para su compra (Cañas Kirby, 1993).